Chihuahua, 14 de noviembre de 25 La senadora por Chihuahua, Andrea Chávez, realizó este jueves un recorrido por algunos de los paisajes más sorprendentes y menos conocidos de la región centro sur del estado, donde destacó la riqueza natural, histórica y cultural que distingue a esta entidad norteña.
La legisladora visitó los manantiales termales de Julimes, un sitio Ramsar reconocido a nivel internacional por su biodiversidad excepcional y por las aguas cálidas que brotan, dijo, como un regalo natural desde hace generaciones.
“Hoy quiero presumirles uno de los tesoros naturales más desconocidos de Chihuahua”, expresó al caminar por los lavaderos comunitarios donde, desde hace décadas, las familias lavan, platican y conviven alrededor del agua.
Agradeció la guía de Esteban Hidalgo, así como la compañía de Alba y Luna, las perritas que acompañaron el recorrido, y reconoció el trabajo de la asociación “Amigos del Pandeño” por la protección de este ecosistema único.
Como parte de su ruta, la senadora también visitó la Hacienda de Humboldt, un espacio histórico que ha sido hogar de distintas etapas de la vida comunitaria: desde una hacienda agrícola y envasadora, hasta una colonia de guerreros sudafricanos que encontraron en Chihuahua un lugar para vivir.
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En medio de este paisaje se levanta un majestuoso ahuehuete de más de 130 años, cuya sombra ha acompañado a generaciones enteras. Las antiguas tinajas, que alguna vez almacenaron agua, hoy son un punto de encuentro donde habitantes de todas las edades se bañan en aguas tibias donde nadan peces de río.
“La historia y la naturaleza conviven aquí”, destacó la senadora, “recordándonos que Chihuahua lo tiene todo: memoria, fuerza y rincones sorprendentes que esperan ser descubiertos”.
Durante su recorrido también visitó el emblemático estanque de Julimes, mejor conocido por las y los habitantes como el “Tanque”, un punto de identidad para la comunidad y un espacio para contemplar la vida cotidiana alrededor del agua.
Más tarde, la senadora recorrió la Presa Las Vírgenes, que este año ha recuperado niveles históricos al alcanzar casi el 80% de su capacidad. Su extensión de más de 20 kilómetros es, hoy, un recordatorio de la resiliencia con la que el estado enfrenta los retos del clima y del agua.
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El recorrido fue acompañado con Francisco Pando Pando, un conocedor profundo de la presa, y su inseparable perrito “El Enano”. En la zona, la senadora constató el florecimiento de actividades turísticas, desde pesca recreativa hasta senderismo, impulsadas por la belleza del lugar y la calidez de su gente.
“Chihuahua lo tiene todo: agua, vida, belleza y gente que cuida sus tesoros como un acto de amor por esta tierra”, afirmó.
Para cerrar la jornada, Chávez visitó el icónico restaurante “El Vertedero”, en el municipio de Rosales, un espacio con más de 50 años de tradición. La familia Álvarez ha preservado sus recetas y su hospitalidad por generaciones, y fue doña Alicia Álvarez quien recibió a la senadora con su famoso caldo de oso, elaborado con pescado azul.
“Chihuahua no solo tiene paisajes maravillosos; también tiene sabores que apapachan el alma”, compartió en sus redes sociales al reconocer el valor cultural de la gastronomía local.