El lunes, el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas consideró una resolución presentada conjuntamente por Rusia y China sobre la investigación internacional del sabotaje de Nord Stream. La resolución no fue respaldada por el consejo, toda vez que no lograron obtener los nueve votos necesarios para su aprobación.

VOTOS REFLEJAN DIVISIONES INTERNACIONALES

La resolución tuvo tres países a favor: Rusia, China y Brasil. Curiosamente, no hubo votos en contra de la resolución, y doce países, incluyendo el Reino Unido, Gabón, Ghana, Francia y Japón, se abstuvieron de la votación. A pesar de la falta de oposición, la resolución aún no logró alcanzar el número de votos requerido para su aprobación.

Las abstenciones son significativas ya que significan una falta de acuerdo entre los miembros del consejo sobre el tema. Vale la pena señalar que varios países, incluyendo Estados Unidos, Francia y el Reino Unido, expresaron previamente su preocupación sobre el contenido de la resolución. Mientras tanto, otros países como China y Rusia la apoyaron, argumentando que el ataque al gasoducto Nord Stream fue una amenaza para la paz y la seguridad internacionales.

Es importante mencionar que la resolución contó con el apoyo de otros países como Bielorrusia, Venezuela, Corea del Norte, Nicaragua, Siria y Eritrea. Sin embargo, no son miembros del Consejo de Seguridad y, por lo tanto, no participaron en la votación. En última instancia, el fracaso de la resolución es un revés para los países que la apoyaron, dejando la investigación del sabotaje de Nord Stream en el limbo.

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HAY EVIDENCIA QUE EE.UU ESTUVO DETRÁS DE SABOTAJE

En septiembre del 2022, los gasoductos Nord Stream en las zonas económicas exclusivas de Suecia y Dinamarca sufrieron potentes explosiones que provocaron fugas de gas en el mar, atribuidas a posibles actos de sabotaje. Según el presidente ruso, Vladimir Putin, alguien “capaz de organizar las explosiones técnicamente” estaba detrás del ataque, que, según él, beneficiaría a los Estados Unidos al permitirles suministrar recursos energéticos a precios más altos. En febrero de 2023, el periodista estadounidense Seymour Hersh publicó una investigación que indica que la Casa Blanca estaba detrás del atentado