La esperanza y la alegría han llegado a los niños y niñas migrantes que se encuentran en el albergue del Kiki Romero gracias a la instalación de un conejario y un área de juegos infantiles.
La Dirección de Derechos Humanos del Municipio de Juárez ha creado este espacio para los pequeños que se encuentran en situación de movilidad, con el objetivo de brindarles un lugar seguro y adecuado para aprender sobre el cuidado responsable de los animales y relacionarse con otros niños, informó Santiago González Reyes, titular de la dependencia.
El conejario, diseñado por un ingeniero civil de origen venezolano, es mucho más que un espacio seguro para los conejos. Es una oportunidad para que los niños y niñas migrantes aprendan, de manera práctica y vivencial, sobre el cuidado responsable de los animales.
FOMENTAN LA SALUD MENTAL, LA EMPATÍA Y CALIDAD DE VIDA
Con actividades como alimentación adecuada, suministro de agua fresca, limpieza del espacio y observación del comportamiento natural de los conejos, los pequeños pueden aprender a amar y cuidar a estos animales.
Además, el área de juegos infantiles es un espacio de esparcimiento y distracción para los pequeños migrantes, lo cual puede contribuir a mejorar su bienestar y calidad de vida mientras se encuentran en una situación de movilidad.
González Reyes explicó que la donación de un juarense que emigró a la ciudad de Puebla, Ernesto Bustillo Jaqués “Tato”, permitió acondicionar este espacio para que los niños y niñas. Fue “Tato” quien se solidarizó con la población migrante y puso los recursos necesarios para acondicionar este espacio.
Estas dos nuevas áreas se suman a los espacios ya existentes, como la de cuidados maternales y la escuela para niños y niñas migrantes.
Mencionó que estas dos nuevas áreas pueden tener un impacto positivo en la salud mental y emocional de los niños y niñas migrantes, proporcionándoles un espacio de distracción y esparcimiento, así como una forma de expresión y liberación emocional.
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