En una declaración conjunta emitida el domingo, los líderes de Burkina Faso, Malí y Níger confirmaron la retirada inmediata de sus respectivos países de la Comunidad Económica de los Estados de África Occidental (CEDEAO), ECOWAS por sus síglas en inglés Este movimiento desafiante se produce después de una creciente presión de la comunidad internacional para que estas naciones regresen a un gobierno democrático.
Tras el derrocamiento del presidente nigerino Mohamed Bazoum en julio del año pasado, el último golpe de Estado en la región, la CEDEAO amenazó con usar la fuerza para restaurar el gobierno democrático después de múltiples intentos fallidos de persuadir a los líderes militares para revertir el golpe. Tanto Malí como Burkina Faso han advertido contra la acción militar respaldada por Francia en Níger, argumentando que sería interpretada como un acto de guerra contra sus países.
Esta coalición económica de 15 naciones ha sancionado a Burkina Faso, Malí y Níger, suspendiéndolos en respuesta a los golpes de Estado. La alianza ha declarado que no reconoce los regímenes militares y ha prometido no tolerar más tomas de poder en la región, que también ha sido testigo de un exitoso golpe en Guinea y un intento reciente en Guinea-Bissau.
AVANZAN EN BLOQUE VS IMPERIALISMO FRANCÉS
Ouagadougou, Bamako y Niamey han unido fuerzas contra la CEDEAO, acusándola repetidamente de actuar bajo la influencia occidental.
A finales del año pasado, los gobernantes militares de las tres excolonias francesas firmaron una carta que estableció la Alianza de Estados del Sahel (AES), comprometiéndose a ayudarse mutuamente en caso de amenazas externas o internas a su soberanía. Las tres naciones también han cortado los lazos militares con Francia, citando la interferencia y el fracaso de las tropas francesas para derrotar a las insurgencias islámicas en la región del Sahel.
El domingo, Burkina Faso, Malí y Níger criticaron a la CEDEAO por no respaldar sus esfuerzos en la lucha contra la violencia yihadista que afecta la región desde hace una década. Este retiro marca un punto de inflexión en la dinámica política y económica de la región, dinamitando la cohesión de la CEDEAO y la influencia Occidental en el Sahel.