El operativo dio un giro inesperado cuando los elementos de seguridad notaron vehículos huyendo apresuradamente de un terreno cercano, lo que encendió las alertas y motivó a los agentes a ampliar la revisión a una propiedad adyacente.
Fue ahí donde localizaron a los grandes felinos, enjaulados en espacios inadecuados y visiblemente alterados.
Los ejemplares fueron asegurados por personal de Protección Animal, quienes confirmaron que presentaban comportamientos agresivos y necesitarán atención especializada.
En tres de las jaulas donde se encontraban los tigres, se descubrieron restos óseos que, según los primeros reportes, podrían pertenecer a personas.
El hallazgo dio pie a la activación del protocolo forense. Los restos fueron trasladados al Servicio Médico Forense (SEMEFO) para su análisis y posible identificación.
La Fiscalía General del Estado ya inició una investigación para esclarecer si los animales eran utilizados con fines macabros, como la eliminación de cuerpos. Una teoría que hasta ahora parecía propia del imaginario popular, pero que podría tener sustento en hechos reales.