
Por: Josselyn Enriquez
Chihuahua, Chih. – Luego del arresto del activista Luis Andrés Rivera Levario, vocero del colectivo Salvemos los Cerros de Chihuahua (SLC), por su participación en una manifestación en defensa del territorio y contra el desmonte de cerros, activistas y ciudadanos organizaron una jornada de diálogo y libre expresión para denunciar lo que consideran un acto de represión.
La detención del vocero de SLC generó una fuerte movilización mediática, especialmente tras viralizarse imágenes de pintas realizadas en el Palacio Municipal como forma de iconoclasia y protesta ante la falta de respuesta institucional a las demandas por la protección del medio ambiente. Diversos sectores de la sociedad, incluyendo activistas, ciudadanos y figuras políticas, manifestaron su respaldo a la causa, señalando que la detención representa una violación a los derechos constitucionales de libre expresión y manifestación.

Sin embargo, otro sector de la ciudadanía mostró molestia por las pintas en el edificio municipal, considerándolas actos de vandalismo. Al respecto, el secretario general de Gobierno, Santiago de la Peña, expresó su inconformidad y descalificó al colectivo, mientras que el alcalde Marco Antonio Bonilla Mendoza anunció acciones legales por daños al patrimonio histórico, asegurando que siempre ha mantenido un canal abierto al diálogo.
Como respuesta, el colectivo SLC convocó a una jornada de diálogo ciudadano en el Parque Abraham González, donde diversos colectivos y ciudadanía se reunieron para dialogar sobre las luchas socioambientales que comparten y denunciar públicamente el hostigamiento hacia quienes defienden el medio ambiente. Durante la jornada, también se realizaron cantos, actividades culturales y espacios de organización colectiva.

Uno de los actos simbólicos de la manifestación fue la toma pacífica de la estación Bowí Independencia, donde los manifestantes dialogaron con el guardia en turno, quien accedió a permitir el acceso gratuito al transporte público para el público, como forma de solidaridad.
La actividad fue una muestra de la creciente inconformidad ante la destrucción de los cerros y la criminalización de la protesta, así como una reafirmación del derecho a defender el territorio y el medio ambiente.