
Tromba de Obsidiana
Luis Andrés Rivera Levario. Vocero de Salvemos los Cerros de Chihuahua.
El derrumbe que obliga a evacuar a 32 familias en el fraccionamiento Monte Xenit, en el norte de la ciudad de Chihuahua, no fue un “accidente natural”. Tampoco fue imprevisible. Fue la culminación de un proceso que se documentó, se denunció y se ignoró. Un crimen urbanístico cometido con documentos falsos, permisos sin sustento técnico y una cadena de omisiones gubernamentales que hoy convierte un cerro y viviendas en ruinas, y a un fraccionamiento residencial en una zona de alto riesgo, donde las propias dinámicas de lluvia y escurrimiento se vuelven amenazas. Y todo por priorizar el interés monetario sobre el conocimiento técnico y la vocación natural del territorio.
Todo comenzó en 2019, cuando la urbanización arrasó por completo la vegetación de la zona. Encinos, mezquites, huizaches, sotoles —especies nativas vitales para la infiltración hídrica y el equilibrio del ecosistema árido— fueron eliminados para abrir paso a la obra. Organizaciones ciudadanas, incluida Salvemos los Cerros de Chihuahua, denunciamos entonces la remoción ilegal de vegetación forestal de zona árida, incluidos árboles con décadas de antigüedad. A pesar de las evidencias, ninguna autoridad estatal ni municipal actuó.
En 2021, la situación escaló. El Estudio de Impacto Ambiental del proyecto fue elaborado por el arquitecto Carlos E. Villalobos García, quien no estaba inscrito en el Registro Estatal de Prestadores de Servicios Ambientales, como lo exige el artículo 53 de la Ley de Equilibrio Ecológico y Protección al Ambiente del Estado de Chihuahua. El documento omitía información clave: negaba la existencia de flora, fauna y cauces federales de agua, minimizaba los impactos al paisaje y no incluía una caracterización adecuada de la flora ni de los riesgos del terreno. Aun con esas irregularidades, la Dirección de Desarrollo Urbano y Ecología del Municipio de Chihuahua aprobó el estudio, incumpliendo también con su deber legal de verificación. Esta omisión institucional configuró una responsabilidad compartida con el desarrollador.
La negligencia no tardó en tener consecuencias directas sobre la población. En 2022, durante los trabajos de corte del terreno, se utilizaron explosivos para fracturar el cerro. Las detonaciones proyectaron rocas a zonas habitadas, provocando daños en viviendas de la colonia Santa Clara. Los hechos fueron documentados por medios locales y las explosiones fueron suspendidas. Pero la obra no se detuvo. Continuó sin revisión, sin auditorías técnicas, sin una sola medida de corrección ambiental o social.




En agosto de 2024, el muro de contención de la primera etapa del fraccionamiento colapsó. Una vivienda quedó al borde del abismo, otras fueron desalojadas. El desastre era ya visible. Finalmente, en julio de 2025, un dictamen técnico de la Universidad Autónoma de Chihuahua confirmó lo que desde 2019 era evidente: el riesgo fue generado por la obra. La remoción de la ladera natural, la alteración del drenaje y el relleno de cauces provocaron la inestabilidad del terreno. El Consejo Municipal de Protección Civil ordenó la evacuación de 32 familias.


Monte Xenit no es una excepción. Es un síntoma del modelo de desarrollo urbano que domina en Chihuahua: uno donde los permisos se otorgan sin estudios serios, donde los dictámenes se falsifican, donde los cerros se dinamitan para alimentar la especulación inmobiliaria y donde las autoridades municipales actúan como gestoras del capital privado, no como defensoras del interés público. No hubo falla técnica: hubo mentira institucional, colusión público-privada y una cadena de omisiones criminales.
Por eso, desde Salvemos los Cerros de Chihuahua, planteamos con claridad seis exigencias:
Sanciones penales y administrativas contra funcionarios que avalaron el proyecto con documentos falsos, incluyendo al desarrollador DEXE, peritos y responsables de Desarrollo Urbano.


Reubicación digna y compensación completa para las familias desplazadas y para las familias dañadas por los explosivos en la zona de Santa Clara.
Suspensión inmediata de cualquier obra nueva en Monte Xenit y en proyectos similares construidos en laderas sin base técnica.
Instalación de una Comisión Técnica Independiente, integrada por la UACH, CONAGUA, el Colegio de Ingenieros Civiles y la sociedad civil, con facultades para auditar riesgos y emitir dictámenes vinculantes.
Plan obligatorio de restauración ecológica del cerro desmontado, incluyendo reforestación con especies nativas y restitución hidráulica de cauces.
Creación de un Fondo de Garantía Ambiental, financiado por desarrolladores que intervengan ecosistemas sensibles, para garantizar reparación inmediata en caso de daños.
Lo ocurrido en Monte Xenit es resultado de decisiones, no de fatalidades. Y si no se sanciona, si no se repara y si no se cambia el rumbo, ocurrirá de nuevo. La pregunta no es si esto fue legal. La pregunta es: ¿Quién lo permitió? ¿Por qué sigue impune? ¿Cuántos cerros más caerán antes de que alguien responda?
Porque donde debía haber encinos, hoy hay evacuados. Donde hubo cerros, hay muros fracturados. Y mientras las autoridades sigan protegiendo a los culpables, la próxima tragedia ya está en construcción.
Fuentes y documentos citados:
Denuncia popular presentada ante PROFEPA. Salvemos los Cerros de Chihuahua. 12 de septiembre de 2024.
Posicionamiento técnico-jurídico ante el H. Cabildo de Chihuahua. Salvemos los Cerros de Chihuahua. 11 de julio de 2025.
Ley de Equilibrio Ecológico y Protección al Ambiente del Estado de Chihuahua, artículos 53 y 55.
Código Penal Federal, artículo 420 Quáter.
Reglamento de Construcciones del Municipio de Chihuahua.
Cartografía oficial de zonificación forestal y cuerpos de agua, CONAFOR – INEGI.