En medio del destape de casos de violaciones de derechos humanos, corrupción y maltratos durante su gestión de gobierno, el expresidente de Brasil, Jair Bolsonaro, regresó este jueves a ese país.
Bolsonaro se encontraba desde el 30 de diciembre pasado en los Estados Unidos (EE.UU.), adonde se fue antes de que expirara su mandato para no juramentar al nuevo jefe de Estado, Luiz Inácio Lula da Silva, quien lo derrotó en las urnas el 30 de octubre.
Antes de tomar el avión, en EE.UU., el exmandatario de ultraderecha declaró que no va a liderar la oposición al Gobierno de Lula, aunque aportará su experiencia para hacer los cambios que, según él, Brasil necesita.
A su llegada a Brasilia el exmandatario de ultraderecha salió del aeropuerto por una zona restringida y evitando el vestíbulo, donde lo esperaban periodistas y simpatizantes.
Luego se trasladó a la sede del Partido Liberal, donde fue recibido por su esposa, Michelle, y por el presidente de esa formación, Valdemar Costa Neto. Allí, en breves declaraciones y ante un auditorio pequeño, descartó que Michelle sea candidata a los comicios presidenciales del 2026.
Agradeció a los legisladores de su partido por obstaculizar en el Congreso las transformaciones que promueve el Gobierno de Lula, y a partir de lo presenciado durante su estancia en Florida, dijo que en ese territorio de EE.UU. se encuentra todo lo que él ansía para Brasil.
Amplió que “todo lo de allí es aquello que queremos implementar aquí también (…) la libertad de expresión, la propiedad privada, el tema de la criminalidad, el legítimo derecho a la defensa y lo que es lo más importante, libertad para trabajar, expresarse, no el Estado que se hincha para hacerse crecer”.
Bolsonaro está incluido en una investigación que adelanta el Supremo Tribunal Federal (STF) sobre los sucesos del 8 de enero pasado, cuando seguidores suyos asaltaron y vandalizaron las sedes del Gobierno, el TSF y el Legislativo en Brasilia, acción cuya autoría se le atribuye.
Por otra parte, la Policía Federal lo convocó para el próximo 5 de abril para declarar sobre unas joyas que le regaló Arabia Saudí y que no declaró en la Aduana.