La tarde del jueves 14 de septiembre en la bulliciosa ciudad de Chihuahua, un operativo especial de la Fiscalía de Operaciones Especiales se puso en marcha. Su objetivo: un domicilio en la tranquila colonia Punta Oriente, en busca de un sospechoso cargamento de drogas.
Los protagonistas de esta operación eran policías de investigación y agentes del Ministerio Público, todos pertenecientes a la Unidad de Proyectos Especiales de la fiscalía. Armados con una orden de cateo otorgada por un Juez de Control del Distrito Judicial Morelos, se dirigieron hacia la calle Punta Alamillo.
Una vez dentro del domicilio, los agentes se toparon con una sorpresa inquietante. En medio del recorrido por la vivienda, encontraron a una mujer de 35 años identificada como Claudia Ivette L. O. Ella era la posesora de un oscuro secreto: 1.378 kilogramos de cristal, la peligrosa metanfetamina conocida en el bajo mundo como “cristal”.
Además del cristal, los agentes también descubrieron cuatro bolsas que contenían cocaína, con un peso total de 63 gramos. Para complicar aún más la situación de Claudia Ivette, una báscula con capacidad para pesar hasta 5 mil gramos también estaba presente en la escena.
Las pruebas eran abrumadoras, y Claudia Ivette L. O. fue detenida en flagrancia por delitos contra la salud. Sin embargo, la cantidad de droga encontrada excedía los límites establecidos por la Ley General de Salud, lo que significaba que su caso sería llevado a una instancia superior.
Siguiendo el protocolo, Claudia Ivette fue puesta bajo custodia y entregada a las autoridades de la Fiscalía General de la República. Ahora, enfrentaba un proceso legal que determinaría su destino. Pero, como dicta la ley, se le consideraba inocente hasta que una sentencia emitida por la autoridad judicial confirmara su responsabilidad.