En una rueda de prensa reciente, Brighite Granados, presidenta del Comité Ejecutivo Estatal de Morena en Chihuahua, aclaró la postura del partido respecto al exgobernador Javier Corral. A pesar de respaldar la idea de que Corral es víctima de una persecución política por parte del actual gobierno del estado, Granados subrayó que su papel dentro del partido será limitado.
Granados coincidió con las declaraciones del presidente Andrés Manuel López Obrador y de la presidenta electa Claudia Sheinbaum, quienes calificaron la situación de Corral como una “venganza política”. No obstante, dejó claro que el exmandatario no tendrá un rol de liderazgo dentro de Morena en Chihuahua, y que su trabajo se centrará exclusivamente en su función como senador.
Frente a las críticas sobre la calidad moral y la gestión de Corral durante su tiempo como gobernador, Granados aseguró que su desempeño se restringirá al ámbito legislativo federal, sin involucrarse en decisiones locales del partido. Morena, según indicó la dirigente, mantiene una clara separación entre su trabajo como senador y cualquier influencia en la política local del estado.