
Por: Alan Martínez
Chihuahua, Chih.- El diputado del PRI, José Luis Villalobos, reconoció que su partido ha vivido una pérdida progresiva de representación electoral en el país y particularmente en Chihuahua, aunque afirmó que la verdadera caída del régimen priista no ocurrió en los años 2000 o 2006, como comúnmente se piensa, sino hasta 2018.

En entrevista con Fuenteinfo, Villalobos respondió al señalamiento del próximo presidente del Comité Directivo Municipal del PRI en la capital, Pedro Beristain, quien afirmó que el “piso más bajo” del partido se vivió -al menos en Chihuahua capital- en las elecciones de 2021.
El legislador consideró que la pérdida de poder del PRI ha sido paulatina, ligada a errores estratégicos, entre ellos el alejamiento del contacto directo con la ciudadanía.
“He tenido la fortuna de recorrer más de trescientos municipios del país, las treinta y dos entidades en distintas ocasiones, y lo que puedo decir es que el régimen del PRI no terminó en el 2000 ni en el 2006, terminó en el 2018 porque el PRI en el 2000 y en el 2006 tenía una representación enorme en el país, en gobiernos municipales, en Congresos locales, en el Congreso de la Unión, teníamos más de veinte gobernadores”, expresó.
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Villalobos también cuestionó el actuar de Morena como fuerza dominante en el Congreso de la Unión. “Morena nos ‘mayoritea’, nos atropella, no consensa, no escucha y luego de pilón se sube a Tribuna a descalificar a la oposición. El PRI cuando era gobierno, teniendo la mayoría, consensaba, acordaba”, aseguró.
PAULATINA DISMINUCIÓN DESDE 2016
El legislador reiteró que uno de los errores fundamentales del tricolor fue abandonar el trabajo territorial. “Yo lo dije el día que tuvimos la oportunidad de abrir nuestra oficina de enlace, uno de los principales errores que cometió el PRI fue dejar de ir al territorio”, apuntó, enfatizando que su generación tiene la responsabilidad de reconectar con las calles y con la ciudadanía.
Sobre el caso específico de Chihuahua, Villalobos recordó que la pérdida del gobierno estatal en 2016 con la salida de Duarte marcó un antes y un después en el desempeño electoral del PRI, señalando una constante disminución de votos en los procesos posteriores.
“Hay que entenderlo y reconocerlo. A partir del 2016 la votación del PRI fue bajando y no es algo que no sea del conocimiento público”, añadió.
Finalmente, aseguró que el reto actual para el partido es trazar una ruta de recuperación que pase por reconocer los errores del pasado, asumir la nueva realidad política y reconstruir su base social desde el contacto directo con la población.