Por: Josselyn Enriquez
Chihuahua, Chih.- El documental “Porque somos mujeres y porque queremos vivir” presenta un recorrido histórico del movimiento feminista en Chihuahua, a partir de testimonios y registros que abarcan varias generaciones. La producción estuvo a cargo de Amanda Mata Rojo, Erika Patricia Terrazas Ríos, Irma Leticia Requena Quezada y Laura Jáquez Hernández.
El trabajo audiovisual se centra en los antecedentes y procesos que han dado forma a las conmemoraciones del 8 de marzo en el estado, más allá de una fecha específica, e integra experiencias de mujeres de distintas edades, incluidas niñas, adolescentes, adultas y mujeres mayores que participaron en la marcha del 8 de marzo de 2025.
De acuerdo con datos de la doctora en Historia Nithia Castorena, el primer registro documentado en Chihuahua sobre una conmemoración del 8 de marzo data de 1967, cuando integrantes del grupo Las Rosas, alumnas de la Facultad de Derecho de la Universidad Autónoma de Chihuahua, realizaron un desayuno alusivo a la fecha. La cobertura periodística de ese evento tuvo un enfoque social y utilizó el término “Día de la Mujer” entre comillas.
Un año después, el 8 de marzo de 1968, se realizó en Chihuahua una conmemoración en un contexto nacional marcado por la movilización política y social. Este momento es señalado como un punto de partida para el reconocimiento de la fecha en la entidad.
El documental incluye el testimonio de Elena Rojo, regidora de la Comisión de Cultura, quien participa como referente del movimiento feminista en Chihuahua. Rojo relata su formación política en las décadas de 1960 y 1970, así como los primeros acercamientos locales al significado del 8 de marzo durante la década de 1990, cuando las actividades conmemorativas se limitaban principalmente a reuniones sociales.
También narra su participación en movilizaciones vinculadas a los primeros casos de asesinatos de mujeres en Ciudad Juárez, hechos que en su momento no fueron reconocidos como feminicidios. En este contexto, se documenta cómo surgieron expresiones organizadas ante la desaparición y asesinato de mujeres, en su mayoría trabajadoras de maquila, muchas de ellas provenientes de otras regiones del país.
A partir de estos hechos, se conformaron colectivos como “Las Mujeres de Negro”, integradas por activistas y defensoras de derechos humanos, entre ellas Alma Gómez. Estas acciones derivaron en manifestaciones públicas y en la visibilización internacional de la violencia contra las mujeres en el estado, incluyendo la comunicación del caso ante instancias como la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
El documental también retoma la campaña “Mujeres de Negro: Éxodo por la Vida”, que consistió en una movilización de 12 días desde la Ciudad de México hasta Ciudad Juárez, recorriendo 10 estados y 17 ciudades. De acuerdo con el Centro de Derechos Humanos de las Mujeres A.C. (2009), esta acción dejó tres señalamientos principales: la omisión y negligencia de autoridades estatales ante los casos de violencia feminicida; el desconocimiento de recomendaciones emitidas por organismos nacionales e internacionales como la ONU, la CIDH y la CNDH; y la incorporación del tema de la violencia de género en la agenda de distintos niveles de gobierno.
En el documental también participa Kenia Romero, emprendedora del Foro Cultural Huerto Bokashi y activista, quien aborda la participación intergeneracional en las marchas feministas y el alcance del movimiento más allá de las mujeres, incluyendo a niñas, niños, hombres y personas adultas mayores. Romero señala los avances legislativos recientes y la necesidad de articulación entre mujeres para su implementación.
Durante la producción se realizaron entrevistas a niñas, niños y adolescentes que asistieron a la marcha del 8 de marzo de 2025. De acuerdo con el registro audiovisual, las y los participantes expresaron demandas relacionadas con la justicia, el derecho a un territorio equitativo y el reconocimiento de las historias de mujeres que han vivido distintas formas de violencia.
El cortometraje se apoya en material audiovisual de distintas épocas, lo que permite observar los cambios en la participación ciudadana y en la respuesta institucional a lo largo del tiempo. En las imágenes más recientes se documenta la instalación de muros por parte de autoridades durante las marchas, como medida para proteger edificios públicos ante acciones de iconoclasia.
El documental plantea una revisión histórica del movimiento feminista en Chihuahua a través de voces individuales y colectivas, situando las movilizaciones del presente dentro de un proceso de largo alcance.