La noche envolvía la colonia 16 de Septiembre en Ciudad Juárez cuando se llevó a cabo un operativo de rescate que marcaría la diferencia en la vida de nueve migrantes. Al interior de una supuesta casa de seguridad, oculta tras las sombras de la injusticia y el miedo, estas personas luchaban por sobrevivir en un territorio desconocido.
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Sin embargo, un rayo de esperanza atravesó la oscuridad cuando elementos de la Policía del Estado se unieron en una misión de salvamento, encontrando la ubicación exacta de los migrantes.
Con una estrategia cuidadosamente ejecutada, decidieron dar el paso hacia la libertad. Cada movimiento, cada detalle era crucial para asegurar el éxito de la operación para proteger a aquellos cuyas voces son a menudo silenciadas y que muchas veces sufren y perecen, sin nombre ni justicia.
Y así fue como encontraron a cuatro mujeres y cuatro hombres provenientes de El Salvador, junto con una persona más que había dejado su tierra natal en Guatemala. Sus miradas reflejaban el cansancio, el temor y la incertidumbre. Pero también había un destello de esperanza, una chispa de gratitud por el rescate de condiciones peligrosas.
Los migrantes fueron trasladados con urgencia a un albergue destinado a brindar apoyo a personas en condición de movilidad, quienes como ellos, habían dejado todo atrás en busca de un futuro mejor.